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NABARLUR. Un espacio en el que se muestra la territorialidad histórica de Vasconia. El ámbito en el que se desarrolló un pueblo, su idioma, y su Estado, independiente y reconocido en toda Europa, NAVARRA.

2010-10-19

Vasconia a la llegada de los romanos.


La llegada de los pueblos celtas, hacia el siglo VI a. C., a la península fue muy violenta, como se deduce de los vestigios de pueblos incendiados y abandonados. Es entonces cuando aparecen las primeras construcciones de fortificaciones y el surgimiento de una estratificación social.

Los primeros contactos entre romanos y vascones datan del siglo II a.C. después de expulsar a los cartagineses tras la segunda guerra Púnica. Los vascones pronto comprendieron que podían tener en Roma un aliado con el cual desprenderse de la molesta vecindad céltica. En los primeros años se produjeron actuaciones bélicas, sobre todo en las zonas con mayor presencia celta, valles del Ebro y del Aragón.

Los romanos fundaron Graccurris (Alfaro) sobre la vascona Ilurcis en el 179 a.C. siendo la primera de la península. En el 89 a.C. los jinetes vascones de Segia (Ejea) obtenían la ciudadanía romana y en el 75 a.C. Pompeyo situaba su campamento de invierno junto a la Iruña vascona, la cual tomará el nombre de Pompaelo (Pamplona).

Parece ser que los Autrigones, ante las acometidas de los cántabros, pidieron ayuda a Roma. El mismísimo emperador César Octavio Augusto participó en esta guerra entre 39-29 a.C.
Los vascones eran considerados gentes amigas por los romanos. Tenían ciudades importantes con un status jurídico elevado. Los vascones, entre los que se incluyen Suesetanos, Jacetanos y Cerretanos, fueron enclavados en el convento jurídico Caesaraugustano (Zaragoza) mientras que Autrigones, Berones, Várdulos y Carietes en el Cluniense (Clunia) y ambos en la provincia Tarraconense.

Con el tiempo tendieron a llamar a todos estos pueblos como vascones ya que estos eran los más numerosos y apenas había diferencias étnicas o lingüísticas entre ellos.
En el año 56 a.C. se produjo la conquista de Aquitania por los romanos a mando de Crasus, lugarteniente de Julio César. Todavía necesitaron 30 años más para someter a las poblaciones más cercanas a los pirineos. La torre de Urkulu se erigió posiblemente como conmemoración de la victoria. Posteriormente dividieron esta región, que se extendía hasta el río Loira, en dos provincias, la Aquitania Primera, con capital en Bourges y la Aquitania Segunda, con capital en Burdeos.

El geógrafo griego Estrabón (Geographica IV, 1,1 y 2,1) definía a los aquitanos completamente distintos a los galos, tanto en lengua como en el físico, y que eran más parecidos a los Iberos (vascones de Iberia). Cita el río Garona como el límite entre aquitanos y galos. Julio César (De bello Gallico, I) también da cuenta de esta apreciación.

A finales del siglo III se constituyo al sur del río Garona la provincia de Novempopulania, al estar compuesta por nueve pueblos Auscii (Aux), Bigerri (Bigorra), Boiates, Consoranni (Couserans), Convenae (Cominge), Elusates, Lactorates, Tarbelli y Tarusates. Posteriormente se integraron tres más: Vasates, Benearnenses (Bearne) e Iluronenses (Oloron). Esta provincia es el germen del futuro Ducado de Wasconia (Baskonia) que tras la caída de Roma hizo frente a los francos y logro la independencia.